Los desvelos, la devoción, el espíritu apostólico de doña Elsa Bernal Sánchez de Montañez; al fundar, sostener y darle ímpetu a la escuelita sabatina, se traduce en el eterno agradecimiento y cariño que hoy le ofrece toda la comunidad mutisiana, cuantos han disfrutado de sus servicios intelectuales y quienes han sido testigos apasionados de su linda obra.

Ir como Elsita directamente al pueblo, para llevarle el milagro del alfabeto, para iniciar a la infancia en el luminoso camino del conocimiento, y hacerlo sis esperar recompensa alguna, combatiendo contra la tibieza que para el buen obrar domina entre nosotros, es tarea ardua y generosa.